En sus comienzos, Elizeth Romar salió a buscar una oportunidad laboral en México en un momento en el que el país no estaba atravesando por una buena situación. "Salí al mercado a buscar trabajo con altas expectativas y me encontré con que en vez de contratar personal, estaban despidiendo", describió.

Con su esposo emprendieron en un negocio de la construcción, ya que ambos tenían conocimientos previos sobre el tema, en el que pudieron comenzar a generar sus propios salarios. "No es que nos hicimos de capitales grandes, pero era para generar nuestros sueldos", señaló. 

Trabajaban los 7 días de la semana, aproximadamente 16 horas cada día porque realizaban todas las tareas. Eran los administradores, pero también los vendedores. "La situación no fue sencilla, sin embargo, empezamos a salir adelante", recordó.

Durante ese tiempo, Elizeth comprendió que quería ir por más: indagó sobre el desarrollo y crecimiento personal, estudio muy bien sus finanzas personales y, fue en ese instante en el que descubrió algo fundamental. 

"Las finanzas son consecuencia de una forma de vida, son resultados de una forma de pensar. Nosotros trabajábamos mucho y, por supuesto, no veíamos reflejado en nuestro bolsillo tanto esfuerzo", describió. 

Sanar la relación con el dinero

Por lo tanto, Romar explicó que el tema del dinero no tiene que ver con cuánto uno puede trabajar. Entonces, comparte su experiencia en la que trabajaba en la construcción y lo que se gana "es muy poco en comparación al esfuerzo". El principal mito que describe es ese: "No necesariamente trabajar más te va a remunerar más".

Después de mucho estudio y de poner en práctica ese mismo aprendizaje, Elizeth interpreta que lo que más falta en América Latina es educación financiera. "Cuando empiezo a analizar temas acerca del dinero, me doy cuenta que nosotros sufrimos acerca del tema del dinero por las creencias que tenemos acerca de él, estas creencias se forman cuando somos pequeñitos", explicó. 

Sin embargo, de todo descubrimiento puede surgir algo mucho mejor y así fue como ella no se angustió en la queja y en esos años de pasarla mal, sino que por el contrario, decidió tomar un camino distinto. En primer lugar, la transformación estuvo en la educación financiera que quiso brindarle a sus hijos y, además, inició con un rol de comunicadora en el que divulga todo este conocimiento en sus redes sociales.