El Bienestar Corporativo es definitivamente, luego de la pandemia, una ventaja competitiva para las grandes corporaciones. Fuga de talentos, índices de productividad y rentabilidad, imagen corporativa y expansión de los mercados, son algunas de las áreas de impacto de esta herramienta estratégica tan renombrada en los últimos tiempos. 

Las pequeñas y medianas empresas se preguntan entonces, ¿Por qué debería invertir mi escaso presupuesto en estrategias de Bienestar Corporativo? 

En el año 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un modelo de gestión para “Entornos de Trabajo Saludables y Bienestar Organizacional” basado en que la riqueza de los negocios depende de la salud de los trabajadores. Esta premisa es independiente del tamaño, sector o grado de desarrollo de la organización.

Para la OMS, un entorno de trabajo saludable es un entorno en el que los empleados y sus líderes trabajan colaborativamente en un proceso de mejora continua promoviendo y protegiendo la salud, la seguridad, el bienestar y la sostenibilidad del ambiente de trabajo.  

Podemos decir entonces que, cuando implementamos estrategias de Bienestar Corporativo, estamos abordando tres ejes de interés para la empresa: el ético, el legal y el empresarial. Y si bien en otro artículo entraremos en el detalle de cada una de estas dimensiones, podemos nombrar a grandes rasgos algunos de los índices que incluyen y que sin dudas son impactados por los planes de Bienestar Corporativo: 

• Reducción de ausentismo
• Reducción de accidentes laborales y enfermedades profesionales
• Reducción de la rotación
• Incremento en la productividad
• Mejora en la calidad del producto/servicio
• Mejora en las competencias laborales de los empleados
• Mejora en el clima de trabajo y las relaciones interpersonales.
  
  

El Bienestar Corporativo es una ventaja competitiva en todas las organizaciones, promover la implementación de este tipo de estrategias siempre resultará en un ganar-ganar.

CINTIA BIONDI

Chief Happiness Officer