Hackear para ganar
Soy Marcelo Carbone, me defino como emprendedor serial; de hecho estoy emprendiendo desde que era niño (aunque cueste creerlo me inicié en el comercio a los 12 años y a los 16 vendí mi primer programa de software), y por eso justamente quiero conectarme con ustedes y con todos los emprendedores de Latinoamérica, porque el emprendedurismo no es una costumbre: es un midset una estructura mental que uno elige.
Y lo que quiero comentarles es muy impactante: el 99% de las empresas en América Latina, unas once millones sin incluir a Brasil en la cuenta, son pequeñas o micro, iniciadas por empresarios o impulsadas por personas sin capacitación técnica o conocimientos de negocios. Y esto es una de las razones de porqué sólo 1 de 8 sobrevive en el mediano plazo. Como consultor y docente he visto cientos de estos casos y todos son dolorosos.
Esta experiencia no es solo mía, sino de todos aquellos con los que he compartido éxitos y fracasos.
¡Vamos por ello!
- Sobran necesidades: quien busca encuentra, pero en Latinoamérica hay que buscar poco. Aunque muchos de los países de nuestro continente tienen índices de adopción de tecnología muy alto, y somos mercados de prueba para nuevos productos de muchas marcas, la realidad nos muestra que vivimos “a falta”, con restricciones de todo tipo. Lo bueno, si es que se puede decir, es que cuando hay una restricción, hay una necesidad; y cuando eso pasa hay una oportunidad de negocio.
- Usa el design thinking: no te concentres en tu gusto, sino sobre la utilidad de los demás. Enfocarse en las necesidades de los clientes, y dejar de lado el amor que le tengamos a nuestro producto o servicio es una de las claves más importantes para crecer.
- Apela a las categorías: hoy más que en los 80, el marketing no es competencia de productos o servicios, sino de categorías. Tal como dijeron los autores W. Cham Kim y Renée Mauborgne en 2005, si usamos la estrategia de “Océano azul”, debemos desarrollar nuevos nichos de mercado en aquellos espacios que todavía no han sido explorados por la competencia.
- Networking: significa crecimiento y aprendizaje conjunto, colaborativo y no competitivo. Hoy en día las comunicaciones nos han puesto en un sitio de privilegio, ya que han posibilitado que aprendamos lo que no sabemos, conozcamos a quien queramos y establezcamos relación con todos aquellos con quienes se pueda construir. Solo debemos establecer relaciones de mutuo beneficio.
- Sé escalable, haciendo globalmente lo que sirva localmente. Hoy los negocios no pueden restringirse a escala local, ya que cuanto más chico es el territorio que atacamos, más difícil es que escalemos. Hoy cualquier productor pequeño puede vender sus productos al mundo por Internet.
- Debes surfear el capital; es como saber en qué parte de la playa va a romper la próxima ola. Y eso no se adivina, sino que se aprende. El capital no solo se busca en un banco, sino que dependiendo de las relaciones que se tengan con otros jugadores clave, podemos apalancarnos en clientes o proveedores. ¡Tenemos que probar todo!
- El respeto e interés hacia las personas, empezando por ti mismo, te puede llevar más lejos que el individualismo. Estar solo es una condición temporal que puede revertirse, pero para hacerlo y que sea sustentable debemos ser genuinos y buscar personas que compartan nuestra visión del negocio.
Todo esto no es una fórmula mágica, pero desde mi experiencia como empresario, docente y consultor, creo que es lo que tenemos que hacer para cambiar el paradigma y crecer con impacto social.