¿Cómo decidí emprender? La historia de César Sánchez

Estrategia y Desarrollo 25 de septiembre de 2023 Por César Sánchez
Emprender no es un camino fácil ni rápido. En esta nota César Sánchez relata detalladamente cómo fue su experiencia y por qué decidió tomar esa decisión.
La historia de César Sánchez
¿Cómo decidí emprender? La historia de César Sánchez

Era el 29 de abril de 2015, segundo día de nuestra luna de miel y nuestro cuarto día de casados. Fue una hermosa ceremonia y fiesta en Pachacámac. 

Endeudados pero muy felices de haber compartido ese momento único con nuestra familia y amigos. Comenzó nuestra luna de miel.

Sin embargo, ese día en mi cabeza solo estaba el momento de contarle que regresando a Lima iba a renunciar a mis ocho años de banco.

Amablemente fuimos acogidos en casa de mis tíos “Pelucho” y “Coca” en New Jersey. El itinerario estaba listo, así como los lugares que íbamos a visitar. El plan era salir 7am de New Jersey hacia New York en un bus que partía de un centro comercial. Así empezaban nuestros días y culminaban con el retorno a casa a la siete de la noche. 

Meses atrás venía evaluando el renunciar al banco. Ingresé en el 2007, tenía estabilidad, tenía 12 sueldos, dos gratificaciones, aguinaldo y hasta pavo y todos los beneficios que tiene un trabajador en planilla.

Tenía compañeros que se volvieron amigos, jefes de los que aprendí mucho y atravesé buenas experiencias. 

Inicié contestando llamadas solo confirmando si los giros nacionales habían llegado a sus destinatarios. Fui evolucionando y haciendo línea de carrera, mi plan era quedarme toda mi vida ahí. 

Como verán no era una decisión sencilla. ¿Qué me dirá Chris? ¿Qué me dirá mi mamá? ¿Qué me hubiera dicho mi padre que ya no estaba en este mundo? Pensaba en todos y en lo que pasaría.

Ese último año di un giro que me hizo ver las cosas diferentes. Dejé los temas administrativos por una función más dinámica, las ventas. Se presentó la oportunidad de cambiar de puesto y ser funcionario de negocios de Banca Pyme, algo nuevo para mí y muy distinto a lo que venía haciendo.

Mi jefa Mónica me dio ese empujoncito que necesitaba para lanzarme a un nuevo mundo, la División Comercial, el trabajo en agencia y el trato directo con clientes. Un nuevo ritmo, un nuevo lugar dentro de la misma organización. Como todo escenario nuevo habían dudas e interrogantes, “si no lo intentas no sabrás que pasará y como te irá”, me dijo Mónica. Y tuvo razón.

Lo intenté y entré. Pasé las evaluaciones y logré ocupar la vacante de funcionario de Negocios Banca Pyme. Mis nuevas tareas eran otorgar créditos y evaluar pequeñas empresas para darles capital de trabajo, ayudarlos a financiar la compra de un local o una nueva maquinaria que sería fundamental para el crecimiento de sus empresas.

Me gustó la idea de ser un aliado de los sueños de otros. Para esto, empecé haciendo evaluaciones y visitas vigiladas a clientes de diferentes distritos como La Victoria, Carabayllo, Comas, Independencia, Villa el Salvador entre otros. Debía conocer sus negocios que en su mayoría eran familiares, conocer su manejo financiero en casa y en el negocio para ver si calificaban para hacerse responsables de un préstamo bancario.

Fue así que llegó el momento de tener mi propia cartera de clientes. Eran más de doscientos y mi agencia asignada fue la de la Avenida Pardo en Miraflores. Estaba listo para llegar a las metas financieras que me indicaba mi agencia. Esto me permitió conocer muchas historias de Emprendimiento, de lucha, sacrificio y mucha valentía. Personas que como yo habían también pasado por una empresa, por un sueldo fijo y que de un momento a otro decidieron poner su negocio y ser su propio jefe. 

Eran individuos como tú y como yo, estudiantes, con una carrera, casados, viudos, solteros, con hijos, sin hijos, con estudios, sin estudios pero todo ellos con un factor común: #emprender y soñar.

Cada uno me daba una lección de vida. Los admiraba por haber tenido el coraje de decir “hasta aquí nomas” y dejar algo seguro por algo incierto. Emprender a veces puede ser incierto, no sabes si lo que imaginas puede ser un éxito o fracaso. De las caídas de mis clientes aprendí a que era un camino complicado pero que también daba muchas satisfacciones. Creo que fue uno de los factores que me ayudó a decirme a mí mismo: “¿Por qué yo no?”. 

La decisión de emprender

Volvamos a esa mañana fría de Nueva York. Muy nervioso pero decidido a decirle a Chris lo que iba a hacer, esperé a que tengamos nuestro café en la mano, sentarnos y acomodarnos. Fue ahí que le dije: “Chris voy a renunciar al banco, llegando a Lima hablaré con mi jefa, ya no pienso regresar”. 

Mi flamante esposa quedó en shock, al cuarto día de casados le estaba diciendo que iba a quedarme sin trabajo, sin sueldo y sin estabilidad económica para afrontar lo que se venía. 

Creo que era el mejor momento porque estábamos solos, ¡no podía escapar! Fuera de bromas era en ese momento o nunca. Empezábamos una nueva vida y tenía que ser franco desde el inicio de esta nueva etapa. Chris se quedó pensativa, me preguntó si estaba seguro, le dije que sí. Ella sabía que era algo que rondaba muchos meses en mi cabeza. Lo mejor de todo, contar con su apoyo y su confianza en que todo saldría bien. 

Regresando a Lima, volví a mi querida oficina Pardo, hablé con Rosita, mi jefa. Le conté lo que había decidido y las razones que me llevaban a tomar esa decisión. Recibí su apoyo y sus buenos deseos de que sea un nuevo inicio exitoso. Oficialmente dejé el BCP dos meses después para dejar todo listo a mi sucesor, despedirme de mis clientes y dejarlos en buenas manos. Solo tengo palabras de agradecimiento a mi segunda casa, siempre lo será.

Se preguntarán si simplemente decidí renunciar sin ningún plan y a ver que me deparaba el destino. Pues no, si había un plan, una idea de negocio a la que ahora me iba a dedicar 100% y del que formamos parte los dos.

Ese plan se llama #SuitTheBed y ya lleva 3 años en el mercado. Seguimos aprendiendo, seguimos luchando para que salga adelante. El camino es largo, duro, con altas y bajas.

La idea en este mundo del emprendimiento es no rendirse, no tirar la toalla ante la primera caída, (que van a haber y quizás varias) seguir luchando por tus sueños. Eso es clave: resistencia en el tiempo.

Anímense también, no lo piensen tanto que el tiempo se va pasando. Pues adelante y no olviden algo: 1% es la idea y el 99% es hacerlo.

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Asesor financiero